Premios y Castigos

Desde que somos unos simples infantes, para enseñarnos nos plantean situaciones en las que uno debe decidir como actuar, que todas las acciones "buenas", estan siempre acompañadas de un premio, y las acciones "malas" de un castigo.

En nuestros primeros años de vida esos premios suelen ser algun tipo de golosina, que deje al niño feliz por un poco de tiempo. Las mujeres, tienen un chip incorporado que se activa cuando tienen hijos y se les ilumina una parte macabra de la corteza cerebral que les sugiere como poner a sus hijos en la situacion de premios y catigos. Tambien se ilumina cuando se ponen en pareja...

Logicamente, ese estímulo, ese premio, a medida que pasa el tiempo necesita ser un poco mayor.

No sólo, en la educación en casa, sucede este sistema de premios y castigos, en la escuela, el lugar que durante muchos años transitamos se aplica este sistema; si los chicos se portan bien, pueden quedarse hablando con el compañero de la mesa ¡sin gritar!... en caso contrario el docente dejara sin receso al grupo.

Así, vamos transitando lo que llamamos vida y eligiendo que hacer.

El mundo laboral no es ajeno a este sistema, si llegas a horario todos los dias del mes, ganas el premio por presentismo.

La religión, un tema que se puede hablar por mucho tiempo. cosa que no voy a hacer en esta publicación, también tiene esta disyuntiva. Si uno asiste a misa todos los domingos y fiestas de guardar, se abstiene de toda tentación carnal, no comete ningun pecado y contribuye para con la Iglesia, tiene El Cielo asegurado, cosa que es un poco dificil en estos tiempos.

La vida conyugal tampoco esta ajena a esto, como era de esperar... Si uno le dice que el peinado no le queda mal, que el vestido no la hace ver gorda, y que no hay problema que vengan sus amigas a casa (cosa que es cierta en un 90% de las veces) uno se puede ir a lo de un amigo a tomar unas cervezas sabiendo que a las cuatro de la mañana en el retorno al hogar no va a haber ningun tipo de reclamo (Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia).

Como vemos, constantemente se nos plantean situaciones en las que uno debe elegir como obrar, hay que estar atentos para saber que es lo que podemos obtener.

Y hay que estar mas atentos para saber cuando podemos ser los que planteamos la hermosa disyuntiva del como actuar.